¿Qué tradiciones funerarias seguimos en el Judaísmo ?

Los rituales funerarios judíos son profundamente respetuosos y están diseñados para honrar la vida del difunto, al mismo tiempo que proporcionan consuelo y apoyo a los dolientes.

Después de la muerte, se cree que el cuerpo debe ser tratado con el máximo respeto. La tradición establece que el cuerpo no debe quedarse solo hasta el entierro. Esta vigilancia, conocida como sh'mira, es realizada por los shomrim (vigilantes), quienes recitan salmos (Tehilim / Salmo capitulos 23, 91, 121 & 130) durante este tiempo. La razón de esta costumbre es proteger al cuerpo y mostrar respeto hasta que sea enterrado.

El entierro se realiza lo más pronto posible, generalmente dentro de las 24 horas posteriores al fallecimiento, salvo en casos de necesidad o circunstancias especiales (como los sábados o días festivos, cuando no se permite enterrar).

Tras los siete días de shivá, el luto continúa con el shloshim, un período de 30 días en total (contando los días de shivá). Durante este tiempo, los dolientes van retomando gradualmente sus actividades cotidianas, pero aún se abstienen de ciertas celebraciones y actividades sociales. Si el difunto era uno de los padres, el duelo completo dura 12 meses, con el recitado diario del Kadish.

Después del entierro, la familia del difunto entra en un período de duelo de siete días llamado shivá. Durante este tiempo, los dolientes permanecen en casa, sentados en sillas bajas o en el suelo para simbolizar su dolor y humildad. Los visitantes acuden para brindar consuelo y apoyo. Se recita el Kadish, una oración que no menciona la muerte, sino que alaba al Creador, reconociendo su presencia incluso en los momentos más difíciles.

Que su grandeza sea exaltada y santificada en el mundo que creó según su voluntad, y que su reino sea establecido en nuestros días, en nuestra vida, y en la vida de toda la casa de Israel, rápidamente y en el tiempo cercano, y digamos: Amén.

Que el nombre de Elyon, bendito sea, sea alabado por siempre y para siempre.

Que Él sea bendecido, glorificado, alabado, enaltecido, exaltado, engrandecido, y elogiado sea el nombre del Santo, bendito sea.

Por encima de todas las bendiciones y alabanzas, elogios y consuelos que se dicen en el mundo, y digamos: Amén.

Que haya paz en el cielo y una vida buena para nosotros y para todo Israel, y digamos: Amén.

Que el que hace la paz en las alturas, haga la paz para todos, y digamos.

Amén.

(Sidur Mesiánico)

La colocación de la lápida (matzevá) generalmente se realiza al final del primer año de duelo. A menudo se realiza una ceremonia con la familia y amigos para marcar este momento. La inscripción de la lápida suele incluir el nombre del difunto, su fecha de nacimiento y fallecimiento en el calendario hebreo, así como una breve inscripción que resuma su vida o sus virtudes.

Cada año, en el aniversario de la muerte, se conmemora el yahrtzeit. Los familiares encienden una vela conmemorativa que arde durante 24 horas, y recitan el Kadish. Este ritual sirve como un recordatorio anual de la vida del difunto y una oportunidad para que los dolientes reflexionen sobre su legado.

En algunas comunidades, los dolientes pueden optar por ayunar durante el primer día de shivá.

Prohibiciones de autolesión: A diferencia de otras culturas antiguas, en el judaísmo está prohibido hacer manifestaciones físicas de dolor como cortarse o rasgarse la piel, raparse el cabello o hacerse tatuajes en honor al difunto.

Los rituales funerarios judíos están profundamente arraigados en el concepto de que el alma es eterna. Tras la muerte, se cree que el alma del difunto continúa su viaje hacia su creador, y los ritos están destinados a facilitar esta transición de la manera más respetuosa y digna posible.

El enfoque del judaísmo hacia la muerte y el duelo es profundamente comunitario y respetuoso con el difunto. A través de una combinación de ritos antiguos y oraciones, se busca brindar consuelo a los dolientes, honrar la vida del fallecido y reafirmar la creencia en la eternidad del alma y la esperanza en la vida futura.