Creencias judías en el más allá

Las creencias judías sobre el más allá son variadas y complejas, y a lo largo de la historia han evolucionado según las fuentes textuales y las interpretaciones de los sabios. Aunque el judaísmo no tiene una doctrina estricta y única sobre el más allá, hay varios conceptos fundamentales que han sido ampliamente aceptados por las diferentes corrientes dentro del judaísmo.

El Sheol es mencionado muchas veces en la Mikrá (Biblia) como el lugar a donde van las personas cuando mueren. Nosotros creemos que es un lugar donde todos debemos esperar a que el Creador comience la resurrección.

El Gan Eden es descrito en los textos judíos como un lugar de deleite espiritual para las almas justas. A menudo se asocia con un paraíso, donde el alma se une con otras almas justas y experimenta un estado de felicidad y proximidad a Dios. 

El Gan Eden es visto como el destino de las almas que han sido rectas y que merecen un descanso celestial. Sin embargo, este concepto no se refiere solo al Jardín del Edén físico que aparece en el Génesis, sino que se trata de un estado espiritual.

El Gehinom es un concepto que a menudo se compara con el infierno, aunque no en el sentido cristiano del término. Más que un lugar de castigo eterno, el Gehinom es considerado un lugar de purificación o expiación temporal. 

Las almas que necesitan rectificar sus errores y pecados pasan por un proceso de purificación en este lugar. Este proceso no es eterno, generalmente se cree que dura hasta 12 meses, después de lo cual el alma es liberada y puede entrar en el Gan Eden. El Gehinom no es visto como un lugar de condenación definitiva, sino como una fase necesaria para la restauración del alma.

El Olam Ha-Ba o "Mundo Venidero" es uno de los conceptos centrales en la creencia judía sobre el más allá. Representa un estado o lugar donde las almas justas disfrutarán de una cercanía especial con Dios. 

Aunque no hay una descripción precisa del Olam Ha-Ba en la Torá, se cree que es un lugar de paz, iluminación y comunión espiritual con el Creador. Es una recompensa para aquellos que vivieron una vida justa y recta de acuerdo con los preceptos divinos.

El Olam Ha-Ba también se asocia con el tiempo de la redención futura, en el que el mundo será restaurado y perfeccionado.

En la creencia judía, el ser humano está compuesto de cuerpo y alma (guf y neshamá). El alma es considerada una chispa divina, algo eterno que regresará a su fuente, que es el Creador, después del juicio final. La vida en la Tierra es solo una etapa del viaje del alma. Tras la muerte, el cuerpo vuelve a la tierra, mientras que el alma continúa su existencia en el ámbito espiritual (Sheol).

La resurrección de los muertos, conocida como Tejiat HaMetim, es una creencia central en el judaísmo. Esta creencia sostiene que, al final de los tiempos, el Creador resucitará a los muertos. Los justos serán traídos de vuelta a la vida física en un mundo redimido y perfeccionado. 

La resurrección está relacionada con el Olam Ha-Ba, ya que es el momento en que los justos podrán disfrutar del mundo en su estado final y perfecto.

El Guilgul HaNeshamot, o reencarnación de las almas, es un concepto místico desarrollado por religiones paganas. Nosotros no podemos asegurar ni negar la existencia de la reencarnación. Simplemente no aparece en la Mikrá. 

Según esta creencia, las almas pueden reencarnarse en diferentes cuerpos para rectificar errores y cumplir con sus propósitos en la vida. Si un alma no completa su misión en una vida, puede regresar en otra hasta lograrlo. Este ciclo continúa hasta que el alma alcanza la perfección espiritual y ya no necesita reencarnarse.

El judaísmo también enseña que cada persona será juzgada después de la muerte. Aunque los detalles varían según las fuentes, en general se cree que el alma se enfrenta a un juicio divino que determina su destino en el más allá. 

Los actos realizados durante la vida, tanto los positivos como los negativos, son evaluados. A través de este juicio, el alma puede ser destinada al Gan Eden o pasar un tiempo en el Gehinom para purificación.

La observancia de las mitzvot (mandamientos) juega un papel crucial en la vida después de la muerte. El judaísmo enseña que las acciones en este mundo tienen consecuencias en el más allá. 

Al cumplir con los preceptos divinos, se asegura una recompensa espiritual en el Olam Ha-Ba. El concepto de recompensa y castigo no es necesariamente inmediato en la vida terrenal, sino que puede manifestarse en la vida futura.